Neus Matamoros López Primera Secretaria JSC Castellví de Rosanes @neusmatamoros
Dicen que conoces a alguien de verdad cuando le ves en sus peores momentos.
Es aquí cuando demuestras de qué estás hecho y tus mejores y peores aptitudes. En este caso, estamos conociendo la capacidad de gestión de un gobierno que lucha contra un enemigo invisible pero mortal con las armas que posee.
Una de ellas, es la Seguridad Social.
Muchos y muchas habréis oído este nombre, sobre todo cuando a final de mes veis que os retienen parte del dinero que recibís como salario, pero qué es realmente la Seguridad Social y por qué es tan importante para las y los ciudadanos.
La Seguridad Social es el conjunto de medidas adoptadas por el Estado para proteger a sus ciudadanos y ciudadanas contra aquellas situaciones individuales que puedan serles perjudiciales en la sociedad en la que viven.
Alguna de las funciones más conocidas de la Seguridad Social es la prestación por desempleo o “paro” cómo es mayormente conocida que consiste en una ayuda en forma de dinero, servicios o especies que entrega el gobierno a las personas que han perdido su trabajo de forma involuntaria y se encuentran buscando activamente otro puesto o el pago de las pensiones cómo la de jubilación que trata de sustituir las rentas del trabajo por una pensión vitalicia, única e imprescriptible, cuando el trabajador a causa de la edad cesa total o parcialmente en su actividad laboral.
Para poder garantizar la actuación del Estado en tesituras cómo estas, y muchas otras hacen falta dos cosas:
Recursos y voluntad política.
Los recursos económicos se obtienen de acuerdo con el artículo 86.1 Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social mayoritariamente a partir de las contribuciones que realizamos los trabajadores (tanto por cuenta ajena cómo autónomos) y las aportaciones progresivas del Estado, que se consignarán con carácter permanente en sus Presupuestos Generales, y las que se acuerden para atenciones especiales o resulten precisas por exigencia de la coyuntura, las cantidades recaudadas en concepto de recargos, sanciones u otras de naturaleza análoga, los frutos, rentas o intereses y cualquier otro producto de sus recursos patrimoniales. La ley deja abierta la percepción de ingresos de otra clase.
La voluntad política, en cambio, es más difícil de encontrar pero hemos tenido la suerte en la adversidad de las circunstancias porque tenemos al frente del Estado un gobierno incansable que está poniendo toda la maquinaria que tiene a su disposición para minimizar los efectos económicos de esta crisis.
Las medidas estrella de estos días han ido en la línea de proteger a las personas más vulnerables en estos momentos: los trabajadores que se han visto objeto de un ERTE por la baja producción de estos días en su empresa- a los que se ha facilitado una prestación durante lo que dure la cuarentena sin descontárselo del subsidio por desempleo y suprimiendo la obligación de haber cotizado mínimo un año-, la suspensión del pago de alquileres, hipotecas y de los desahucios- para poder garantizar que todo el mundo pueda quedarse en su casa-, la suspensión de impuestos y tantas otras que se han ido promulgando a lo largo de estos días.
España es un país social y democrático de derecho, y hemos de ser los jóvenes los garantes e impulsores de que así siga siendo, mediante la lucha por mantener el sistema de protección estatal que otorga la Seguridad Social, porque no todo vale.
Ante el capitalismo salvaje que defienden nuestros adversarios políticos, aquellos que aún con los medios no quisieron ayudar a los más vulnerables, sino que permitieron que la brecha entre ricos y pobres ascendiera sin importarles y saquearan la llamada “hucha de las pensiones” y expoliaran las arcas públicas, protección social, políticas de empleo justas que luchen para acabar con la precarización- porque sin salarios dignos, la Seguridad Social no puede subsistir- y fortalecer el Pacto de Toledo dotándolo de una perspectiva intergeneracional.
