Lluis Cusí Romero @CusiRomero JSC Sant Vicenç dels Horts
Vivimos en una sociedad donde un parte de la ciudadanía se ve con el derecho de tirar los residuos que uno genera (muebles, electrodomésticos, bolsas de basura…) donde le resulte más fácil tirarlos, por ejemplo bolsas de basura fuera de los contenedores, muebles en la acera, papeleras llenas de bolsas de basura… Luego son estos mismos que ante este acto de incivismo son los primeros vecinos en criticar la gestión que se hace y exigen un mejor sistema de gestión y recogida de los residuos.
Son muchos los que creen que al pagar impuestos relacionados con esta materia, que los empleados de limpieza y recogida de residuos han de estar a su servicio, o dicho de otra manera, son sus esclavos y deben limpiar todo aquello que ellos tiren y hacer lo que ellos manden. Un claro ejemplo de lo que denuncian muchos movimientos ecologistas del egoísmo de las personas y de la falsa sensación de la superioridad del ser humano sobre la naturaleza que a poco a poco nos está llevando a la destrucción de la vida en nuestro planeta
Nos encontramos en un momento clave en que debemos luchar contra la comodidad de algunos para hacer frente a la responsabilidad común de hacer frente a la emergencia climática que estamos viviendo. Desde las administraciones pública son muchas las campañas y los recursos que se ponen al servicio de la ciudadanía para gestionar de forma correcta los residuos que generamos. ¿Entonces porque está sucediendo? Pues la respuesta es sencilla, no estamos abordando la emergencia climática como lo que verdaderamente es, una crisis estructural del sistema.
Como sociedad cada vez más estamos perdiendo la costumbre de ir a la deixalleria a reciclar nuestros residuos que no podemos gestionar en los puntos de reciclaje correspondientes. Como dato curioso ir a la deixalleria y hacer una correcta gestión de los residuos tiene premio, por ejemplo el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se bonifica la Tasa metropolitana de tratamiento de residuos (TMTR) por la utilización de los puntos limpios.
Debemos seguir trabajando para educar al vecindario en cuestiones climáticas, para concienciar sobre la emergencia climática que estamos viviendo y que una buena gestión y reducción de los residuos es imprescindible, ya que nos va la vida en ello. Así mismo se tiene que abordar la necesidad optimizar estos tipos servicios y lograr un buen estado de la ciudad desde la coordinación y participación de todas las personas y agentes que componen el municipio: vecinos y vecinas, comercios, empresas, entidades, servicios municipales… Todo el mundo consume recursos, genera residuos y necesita vivir y trabajar en una ciudad salubre.