EN NOMBRE DE LAS ANÓNIMAS

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Entre obra anónima y obra anónima, casualmente atribuidas a hombres, encontramos la firma de mujeres que fueron silenciadas por el patriarcado. Artistas que por salirse del rol que la sociedad había preparado para ellas, son apartadas de cualquier tipo de reconocimiento.

Actualmente, el analfabetismo es algo que se ha estado erradicando gracias a la educación pública. Sin embargo, anteriormente, las únicas personas que accedían a la educación eran hombres que provenían de clase alta, y algunas pocas mujeres. Aun habiendo un porcentaje muy pequeño de que una mujer pudiera llegar a ser artista, por todas las limitaciones que se ejercían contra ellas, encontramos a Ende, la primera mujer pintora conocida y documentada en Europa. Es la iluminadora e ilustradora española de manuscritos del siglo X, que anticipó el estilo románico en la península. Hildegard von Bingen es otra artista de la misma época. Una polifacética abadesa alemana del siglo X, física, filósofa, naturalista, compositora, poetisa y lingüista del medievo. Avanzando de siglo encontramos a Lavinia Fontana una pintora italiana del manierismo tardío, entre el siglo XVI-XVII, que retó la sociedad de la época siendo la primera mujer en pintar desnudos femeninos, actividad prohibida en el barroco, y en ser la primera mujer que se dedicaba profesionalmente a la pintura. De la misma época encontramos a Sofonisba Anguissola, la retratista italiana considerada la primera mujer artista del renacimiento. Una artista que a pesar de ser citada por Giorgio Vasari, en el volumen Vite de Pittori, Scultori e Architettori como una artista contemporánea de la época, su firma fue borrada de sus obras hasta el siglo XXI. Si seguimos mirando en la historia, encontramos a Artemisa Gentileschi artista del siglo XVII que representa una realidad que todas conocemos de cerca, la violación. Una artista barroca caravaggista que tras ser violada por el que iba a ser su profesor, y ser torturada en el juicio para corroborar la violación, realiza una obra más oscura y violenta. Acercándonos un poco más a nuestra época, encontramos a Loïs Mailou Jones una artista del siglo XX, que además de ser mujer, era negra, lo que le hizo tener una vida mucho más difícil. Nieta de esclavos e hija de trabajadores, luchó por los derechos de la raza negra y por los de las mujeres, reivindicando a lo largo de toda su carrera el arte africano. Finalmente, aunque existen muchas más artistas a las que nombrar y a las que dar voz, tenemos a Margaret Kane actualmente residiendo en Estados Unidos. Una artista que empezó su fama como pintora en los años 70 sin noción de ello, puesto que su marido se apropió de sus obras, suplantando la identidad de la artista durante años.

En todas estas historias, nosotras nos seguimos viendo reflejadas. Artistas que fueron borradas de los libros, de la historia, que las dejaron en el anonimato, sin embargo, nosotras seremos el museo donde exponer sus obras y el de todas a las que le robaron el nombre.

 

Noelia Hormigo Valle

Secretaria de Dinamització i Participació de la JSC

África Miró Moreno

 

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